Edward S. Curtis (1868-1952) dejó una huella imborrable en la historia de la fotografía con su obra de 20 volúmenes, El Indio Norteamericano. Entre 1900 y 1930, Curtis recorrió el continente fotografiando a más de setenta tribus indígenas americanas. Las fotografías presentaban las actividades cotidianas, las costumbres y la religión de un pueblo al que llamó "una raza en desaparición". Para ello, Curtis solía escenificar a sus sujetos y crear escenas, mezclando artefactos y tradiciones tribales para que encajaran con su visión romántica de los pueblos que estudiaba.