Rich Allen
“Un cineasta con dificultades económicas, recurrí a la fotografía y me enamoré de ella”, escribe Rich Allen, cuyas fabulosas fotografías de la ciudad de Nueva York en la década de 1970 vemos aquí. “La película en blanco y negro costaba 79 centavos el rollo. Llevaba la Pentax, u otra cámara, todo el día, todos los días. Tomaba fotos mientras recorría las calles o subía y bajaba ascensores y entraba y salía de edificios. Me quedaba despierto hasta altas horas de la noche en mi estudio, revelando o imprimiendo. Revelar los negativos era mi favorito, ver esas imágenes del día aparecer como por arte de magia en el celuloide. ¡Lo pillé!, pensaba. Sin embargo, a menudo eran las sorpresas las que lo hacían gratificante. Una foto en particular destacaba, pero apenas podía recordar por qué la tomé. Así es como, poco a poco, mi fotografía mejoró”.